- ¿Y serán mejores?
- Y peores. Habrá de todo - dijo sonriendo.
Contuvo un gesto de pena. - Pero eso no me vale. Yo quiero que sean mejores. ¡Necesito que sean mejores!
- ¿Por qué lo necesitas?
- Porque los de ahora son una mierda, y necesito volver a ser feliz.
- ¿Quién te dice que no lo eres?
Guardó silencio.
- Vives tiempos distintos siendo alguien distinto. El año que viene serás aún más diferente, porque habrás vivido y, en consecuencia, aprendido más. Habrás pasado por buenos y malos ratos, por momentos tensos y divertidos. Por instantes llenos de ternura. Eso lo has ido viviendo durante todos estos años, y aún quedan tantos momentos diferentes por vivir que, si los conocieras de golpe, te agobiarías. Estos días "tan señalados" no son más que acentos en el calendario que alguien ajeno a nosotros pone. Pero ¿por qué tiene que ser mañana más especial que el martes pasado? ¿quién te obliga a ello? Cada uno va trazando su propia música, con acentos en los momentos que te llenan.
- Eso suena muy bonito, pero a medianoche yo estaré triste.
- Sólo si te cierras a lo que hay a tu alrededor. A medianoche, observa: quién te hace reir con los carrillos hinchados de uvas, quién brinda contigo, quién te da un abrazo sincero, quién te llama o te escribe. No te centres en ver el lado bonito del pasado, o te perderás el lado bonito del presente.
Cuando pase la medianoche, haz una caricia a lo que fue, otra a lo que ahora es. Y no dejes de soñar con el futuro que tú quieres.
("Sueña, P, sueña...". Yo sueño. Pero tú también.)
- Y peores. Habrá de todo - dijo sonriendo.
Contuvo un gesto de pena. - Pero eso no me vale. Yo quiero que sean mejores. ¡Necesito que sean mejores!
- ¿Por qué lo necesitas?
- Porque los de ahora son una mierda, y necesito volver a ser feliz.
- ¿Quién te dice que no lo eres?
Guardó silencio.
- Vives tiempos distintos siendo alguien distinto. El año que viene serás aún más diferente, porque habrás vivido y, en consecuencia, aprendido más. Habrás pasado por buenos y malos ratos, por momentos tensos y divertidos. Por instantes llenos de ternura. Eso lo has ido viviendo durante todos estos años, y aún quedan tantos momentos diferentes por vivir que, si los conocieras de golpe, te agobiarías. Estos días "tan señalados" no son más que acentos en el calendario que alguien ajeno a nosotros pone. Pero ¿por qué tiene que ser mañana más especial que el martes pasado? ¿quién te obliga a ello? Cada uno va trazando su propia música, con acentos en los momentos que te llenan.
- Eso suena muy bonito, pero a medianoche yo estaré triste.
- Sólo si te cierras a lo que hay a tu alrededor. A medianoche, observa: quién te hace reir con los carrillos hinchados de uvas, quién brinda contigo, quién te da un abrazo sincero, quién te llama o te escribe. No te centres en ver el lado bonito del pasado, o te perderás el lado bonito del presente.
Cuando pase la medianoche, haz una caricia a lo que fue, otra a lo que ahora es. Y no dejes de soñar con el futuro que tú quieres.
("Sueña, P, sueña...". Yo sueño. Pero tú también.)