A veces me siento como Alicia mirándose en el espejo. Siento, pienso, hablo y me río de una manera; pero todo eso parece llegar deformado al otro lado. Y me sorprendo cuando me describen, capturada en algún momento que a veces ni siquiera recuerdo.
Cuando esto ocurre suelo sentirme mal. Porque esa imagen de mí hace daño. Conclusión: hago daño sin querer con lo que digo o hago.
Pienso, al menos, que siempre quedará la posibilidad de intentar explicarme.
Aunque puede que no sirva para nada.
3 comentarios:
¿Daño, tu? ¿A quién? Pero si estás flaca y fofucha, jajajaja !!! ;P
No dejes de ser como eres, y a quien le pique...que se rasque.
Te quiero mucho... mañana te querré desde Gijón.
:D (y yo creo que ganarás tú, que el viejo Beethoven ya no está para trotes.
Besos, besos y muchos más.
umm los blogs son otro tipo de libertad, no?
Libertad de expresión y de creación, con los límites que ambas tengan. O al menos eso creo.
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