Caminante: no hay camino
sino estelas en la mar.
sino estelas en la mar.
Una verdad luminosa: caminamos, y a cada paso que damos se producen cambios. Inevitablemente. Pero tras cada pie que levantamos para seguir dibujando la senda, ella misma se desvanece.
Y el mar vuelve a estar en calma.
Para seguir dibujando.
Para no enturbiar los colores que pueblan nuestro alma, nuestra mente...
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