Quizá sea por los últimos cambios en la vida de él, que me tocan como "daños" colaterales; quizá la incertidumbre, que disfraza el miedo. Sigo viviendo en un mundo de suposiciones, sumergida en la necesidad de creer en algo absoluto, algo que pienso que no existe pero a lo que he de aferrarme para no naufragar. Otra vez.
Mi columpio se mueve de un extremo a otro, entre la entrega total y un desapego rebelde, silencioso. Aparente. Me acerco a puertos de irracionalidad que aún detecto, que procuro controlar. No soporto los celos. Si los siento, me avergüenzo. Acto seguido viene la angustia: anidan en el fondo de las tripas, riéndose de mí.
Me encuentro en las canciones; me pierdo en la realidad; mi relación con el mundo parece un cubo de rubik. Intuyo que tiene solución; sé que la tiene, pero yo no la encuentro.
Mi columpio se mueve de un extremo a otro, entre la entrega total y un desapego rebelde, silencioso. Aparente. Me acerco a puertos de irracionalidad que aún detecto, que procuro controlar. No soporto los celos. Si los siento, me avergüenzo. Acto seguido viene la angustia: anidan en el fondo de las tripas, riéndose de mí.
Me encuentro en las canciones; me pierdo en la realidad; mi relación con el mundo parece un cubo de rubik. Intuyo que tiene solución; sé que la tiene, pero yo no la encuentro.
1 comentario:
La solución la tendrás en algún cajoncillo de tu cuarto. Búscala, anda.
Patri, no te angusties por querer llegar a esos "finales" y a esos "absolutos". Disfruta del camino, de lo que vas andando cada día.
Muchos besos enormes de paz y tranquilidad.
:D
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