Me cuesta mucho verte así. Se me parte el alma cuando coges fuerte mi mano, la aprietas y tiras de ella hacia ti, como si pidieras inconscientemente no quedarte sola. La mala suerte te ha vestido de pajarito triste, delicado y sin esperanza. Pero tú no eres eso ni lo has sido nunca: eres sonrisa valiente, fuerte; voz bonita, que cantaba risueña; bromas gastadas a otros y risa sin mala leche.
Se desvanecen los errores; queda el presente, y se destila, puro, el amor.
Duele no poder ayudarte.
Por eso cada pequeña sonrisa, cada medio segundo que olvidas el resto y te ríes con alguno de nosotros es como coger aire antes de una embestida. Que llegará, la grande llegará; pero ojalá hasta ese momento pueda haber muchos medios segundos y tenga el valor de estar cerca para que sigas cogiendo fuerte mi mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario