A veces, cuando ya no entiendes nada y pierdes las ganas de todo, sabes que hace falta volver al agua:
Bajar mucho o poco da igual, el caso es alejarse del ruido de la superficie y reencontrarse, perdida en algo inmensamente más grande y vivo que tú.
Es un bonito viaje, una terapia fundamental, que devuelve el sentido a la sonrisa.
Y sin apenas hacer esfuerzo, todo vuelve a estar ok.
Te sientes viva, alegre, guapa; con ganas de no alejarte nunca del azul, del calor, del coral.
Libre
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