No soy una pareja.
No soy una amiga.
No soy una compañera.
Ninguna etiqueta sirve.
Sólo sirve saber lo que uno quiere de verdad: lo que permanece ahí, presente día tras día, en lo más profundo y verdadero de la mente y del corazón, a pesar del caos exterior, que no es más que niebla.
No hay etiquetas. Sólo hay vida hacia la que escapar, a la que lanzarse, mandando el miedo a la mierda.
Yo lo estoy haciendo. Y querría que tú lo hicieras.
Aquí o en la isla del fin del mundo,
estaré a tu lado siempre que quieras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario