4.21.2015

Nada, oye. Que me ha dado por Ricardito.



Ay Señor, quién parase en Méjico para echar unos bailes.

Hay días que te puedes permitir el lujo de ser moñas. Y hoy es uno de esos días.

4.11.2015

Ella simplemente se tumbó en la cama, de lado, a su lado. Y se hizo un ovillo lo suficientemente cerca de su cuerpo como para olerle sin atreverse a tocar. Y esperó.

Él acarició con mucho cuidado, apenas rozando con los dedos, la línea de su cara en la que empiezan a caer mechones de pelo. Los apartó como temiendo despertar a alguien. Y besó su frente.

Ella ocultó la cara en su pecho, escondió su sonrisa.

Él la abrazó. 

Y todo siguió el curso tranquilo que debía.





(Empiezo a soñar contigo. Esto se pone interesante.)