4.29.2007

La única manera de hacer creíble, dentro de tu propia neurosis, el encontronazo entre dos frentes muy concretos es permanecer en silencio. ¿Cómo va a creer alguien que deseas estar con la persona que quieres cuando, al mismo tiempo, consideras que lo justo sería alejarte de ella ya que tú no te valoras en lo más mínimo? Porque ¿cómo vas a dar lo peor a quien crees que se merece lo mejor?

Tira y afloja. Cuando la autoestima pega un bandazo cabrón y te descoloca en el momento más inesperado, dejándote expuesta y sin control (parezco un anuncio de neumáticos), saltan las alarmas. Como dijo una amiga-clon: "nos convertimos en bicho bola". Se alza la coraza para proteger y protegerse. Algo en tu cabeza "razona" que quizá silencio y distancia sean la mejor cura, al menos temporal. Y ahí dentro te quedas, atrapada y sin saber en realidad cuál es la salida.

La verdad, es un poquito angustioso.

Quiero aprender a no ser autosuficiente. ¿Cómo se hace eso?

4.26.2007

"... but I still remember just the way you taste"


Está lloviendo. Hay a quien le pone triste la lluvia, no la soporta. Son días grises por dentro y por fuera, y no se ve capaz de encontrar belleza entre tanto chaparrón. Yo me río e intento entender por qué la gente no descubre la hermosa intimidad que late entre la lluvia.


Para intentar congraciarse con los días nublados se suele recurrir a la idea de ver llover estando dentro de casa, al calor y sin mojarse. Pero estamos en las mismas: el caso es huir de ella.

Y no tiene por qué ser así.

Hoy llueve. Y yo me imagino caminando a tu lado, paseando mientras un velo fino filtra nuestros pasos. La temperatura es suave. Caminamos por la playa sin hablar demasiado, simplemente disfrutando de la tranquilidad de encontrarnos, por fin, desde el silencio.

Me paro y cierro los ojos. Hundo mis pies en la arena y noto acumulado el calor del día. Elevo la cara hacia el cielo: las gotas puntean mi cara, mi pelo, mis hombros, mi cuello. Me encuentro con la lluvia mientras tú observas: observas las gotas deslizando por mi piel, rodando despacio entre curvas y salientes; sonríes con mi boca al verla sonreir cada vez que una gotita me golpea los labios. Decides acariciarme y seguir el curso del agua por mi cuerpo.

Y así, gracias a la lluvia, llegas a besar este cuerpo mojado, que ha permanecido lejos durante demasiado tiempo, y que ahora reencuentras mecido por el mar.
Han sido apenas veinte minutos estando a tu lado. Merecían la pena dos horas y media después de la hora de salir sólo por poder abrazarte y verte una sonrisa. Aunque fuera un instante en el que volviera el aire a mis pulmones gracias a un abrazo tuyo. Pero no ha sido exactamente como lo imaginaba. "¿Estás desanimado?"; "estoy muy, muy cansado...". Y parecía verdad: tenías carita de cansado, pero además, de melancolía. Y quién sabe cuántas veces he usado yo esa frase para disimular la tristeza y la distancia.

He bajado en el ascensor y he pensado "no vuelvo a hacerlo". Al salir, no sabía si mirar a la ventana: si no hubieras estado ahí, hubiera terminado de nublarse la tarde. Decidí levantar la vista y allí estabas, despidiéndome con la mano y una suave sonrisa. Devolví el saludo y seguí caminando. No podía quedarme. No era el momento.

La cuerda sobre la que camino baila, oscila entre terrenos de ilusión exaltada y parajes solitarios y perdidos. Necesito encontrarte y detener el baile. O si no, sé que seguiré caminando a solas, con esta mala compañía que a veces creo ser. Sólo conmigo. Totalmente insuficiente. Y sin ti. Totalmente sola.

Te siento cerca y me siento cerca de ti. Aunque no entiendo por qué nos cuesta tanto vencer el miedo al uno...

4.24.2007

Tu olor.

Tu olor se pierde en sombras de mi memoria que planean silenciosas sobre lo cotidiano del día. Se oculta para, lentamente, ir creándome ansiedad por algo que conozco pero que no sé reconocer. Y de repente surge: alguien que pasa a mi lado, un momento de duda al captar un perfume, un recuerdo... Tu olor vuelve a mí como si te tuviera delante.

Aunque no sea así.


(¿Quién no ha sentido inquietud al captar un olor sumamente atractivo, pero imposible de situar en el tiempo, en un lugar, en una persona?)

4.23.2007

Alí es un buen compañero de trabajo. Grandote, moreno, chapurreando español bastante bien, mezclado con algunas palabras italianas y con su acento libanés, transmite ironía en las bromas que nos gasta. Durante la comida no para de hablar, y siempre pregunta por "el napolitano que trata con cierto padrino", en referencia a Luca, al que tiene gran aprecio.

Alí ha estudiado informática en Italia, donde desembarcó del avión sin saber apenas una palabra del idioma, ni conocer a persona alguna. Trabajó para pagarse la carera en restaurantes, y ahora vive en España con su novia santanderina, hablando maravillas de las comidas que le prepara su suegra, aunque eso de que haya tanta carne de cerdo en la gastronomía española no se conjugue demasiado bien con ser musulmán.

Hoy Alí me ha hablado de su país, Líbano. Es una nación destrozada por una guerra, dividida en dos bandos: el sirio-iraní y el estadounidense-israelí. Un Líbano invisible para la mayoría, donde sus parlamentarios cobran más que un parlamentario español, manteniendo esos sueldos de por vida, mientras la gente sufre, atenazada por hambre, pobreza, y sobre todo por el miedo a una nueva guerra civil.

Hoy Alí me ha hablado de su familia.

Me contaba que la ONU pidió en su momento, a la desesperada, un puente de ayuda humanitaria para las gentes del sur del país. Fue denegado. Las personas (pagadas) que debían estar ayudando en la zona huyeron por temor a los bombardeos. Es, hasta cierto punto, comprensible.

Alí habló con su hermano una tarde: bromearon por teléfono acerca del partido del mundial que enfrentaba a Italia y Francia. Todo parecía en orden, tranquilo. A la mañana siguiente, se encontró en el periódico el siguiente titular: "Guerra en el Líbano". Por sorpresa, de un día para otro.

Durante el tiempo que duró la guerra Alí llamaba para ver qué tal se encontraban los suyos. La impotencia es grande cuando tu gente vive una guerra en primera persona y tú la vives en la lejanía.

Llegó el día del alto el fuego. Alí dijo a Alfonso, un amigo y compañero de trabajo, que salieran a cenar para celebrarlo. En el coche, de camino y al pasar por uno de los túneles de la Castellana, Alí recibió un mensaje: "Urgente: llama al Líbano". Su hermano estaba herido, le dijeron.

"Alfonso, llévame al aeropuerto". Y de ahí a Munich; de Munich a Siria; de Siria a Beirut. Cuando llegó su madre ya no tenía voz. Y su hermano hacía días que había muerto.

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Ante la situación desesperada que atravesaban las familias del sur del país que no habían podido huir ante tan repentino comienzo de la guerra, un grupo de jóvenes decidió prestar su ayuda de forma desinteresada, dando literalmente todo sin recibir nada a cambio.

El hermano de Alí se puso un chaleco antibalas y salió entre esos jóvenes. Llegó a casa de una familia, curó heridas y salió. En ese momento un avión lanzó sus bombas de fragmentación: bombas que estallanante la proximidad de un cuerpo, ya que se activan ante los cambios térmicos.

Al caer las bombas, el hermano de Alí dio media vuelta en dirección a la casa de la que acababa de salir, y en ese pequeño camino una bomba le hizo estallar.

No fue el único. Murieron más de trescientos jóvenes. Por desgracia, en este caso no es un número de película.

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Hoy Alí me contaba que ya no se sentía triste, que se sentía orgulloso de su hermano.

Y que en todo, en todo momento, hay que decir no a la guerra.

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(Esto que cuento hoy no es ficticio. Es el resumen de la charla que he tenido con mi compañero Alí durante la hora de la comida. Qué menos que llevar su vida, la de su hermano y la de sus compatriotas -su familia- ante los ojos de quienes leen este blog.)

4.22.2007

En el momento en que te vayas sé que comenzaré a olvidarte. Olvidaré tu cara, tus gestos; tu forma de caminar resuelta que ahora viene a mi memoria, un día de verano, observándote de refilón mientras caminabas a mi lado, un par de pasos por delante de mí. Olvidaré tus manos, no sabré si consumías los nervios atormentando tus dedos. No recordaré cuál era tu camiseta preferida, esa ruinosa que tanto te gusta, aún después de tantos años. Perderé la noción de las horas en tu ausencia, a pesar de que ahora vives más en mi mente de lo que yo habito en ella. Te necesito, aún te necesito cerca, tocándome, muy dentro; pero sé que todo eso se desvanecerá como un sueño imposible de aprehender en el mismo momento que te vayas. Comenzará un proceso de muerte en vida de aquello que, sin llegar a ser, pudimos lograr.

Pero nunca, nunca se perderá en mi memoria tu olor, la resonancia de tu voz profunda, de tu risa victoriosa. Nunca la caricia suave y sorprendente de tu boca. Nunca. Por más lejos que te marches.

4.19.2007

Un juego.

Decir la primera pregunta que se te pase por la cabeza.

Responder con la primera respuesta que se te pase por la cabeza.

No valen mentiras. Ni esconderse en ironías.

Un uno contra uno.

Intuyo que no habrá supervivientes.

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Vuelve el buen tiempo. Desde tan arriba se puede ver bien la sierra; las copas de los prunos casi se pueden tocar. Los rosales empiezan con sus carreras para ver cuál de ellos da más flores, cada uno en su maceta, vigilándose de refilón, mientras la nueva plantita de María contempla tranquilamente el ambiente a su alrededor. Hacía tiempo que no salía a la terraza para algo que no fuese tender la ropa o sacudir el mantel. Casi un año ya desde la última vez que sentí aquí calor. Casi un año. Algún que otro fogonazo entre medias, como un sol perdido. Pero parece que por fin se va acabando el invierno.

(Gracias por los recuerdos, las cervecitas y las risas en tu terraza, M.)

4.18.2007









"... the first kiss and the first time that I felt connected to anything..."

¿Cómo os sentís cuando os golpea la sensación de estar conectado a algo? ¿cómo os sentis cuando ese algo es alguien? ¿y cuando el golpe viene de un muro de impotencia generado por la necesidad e imposilidad de fundirse en uno?

" And I don't know where to look
My words just break and melt
Please just save me from this darkness "

Por favor, echad un vistazo a este vídeo. La canción es de Snow Patrol (Make this go on forever); las imágenes las protagonizan dos personajes de sobra conocidos. Pero aunque no supiérais quiénes son ellos, ni qué significa la canción, ni si el latido de esa música os impulsa hacia delante, merece la pena perderse en estos cinco minutos:


4.17.2007

Quizá sea por los últimos cambios en la vida de él, que me tocan como "daños" colaterales; quizá la incertidumbre, que disfraza el miedo. Sigo viviendo en un mundo de suposiciones, sumergida en la necesidad de creer en algo absoluto, algo que pienso que no existe pero a lo que he de aferrarme para no naufragar. Otra vez.

Mi columpio se mueve de un extremo a otro, entre la entrega total y un desapego rebelde, silencioso. Aparente. Me acerco a puertos de irracionalidad que aún detecto, que procuro controlar. No soporto los celos. Si los siento, me avergüenzo. Acto seguido viene la angustia: anidan en el fondo de las tripas, riéndose de mí.

Me encuentro en las canciones; me pierdo en la realidad; mi relación con el mundo parece un cubo de rubik. Intuyo que tiene solución; sé que la tiene, pero yo no la encuentro.

4.15.2007

- ¿Cómo hubiera sido ahora si no hubiera sido en su momento lo que ha hecho que ahora sea lo que es?

Mirada divertida en sus ojos, entre los vapores del alcohol y la música que atruena.
Mirada seria en la respuesta, no tan mecida por el ron, captando un punto de tristeza entre las palabras retorcidas.

- Ten por seguro que la forma en que te tengo abrazada sería totalmente distinta.

Mirada fija, limpia por algún reflejo de lágrima que disimula la penumbra del bar.
Mirada fija, ausente del entorno. Una sonrisa amable y un dedo que acaricia el perfil de un rostro.

- No estés triste...

Baja la cabeza. Sí lo está. No todos pueden vivir varias vidas en una.

4.13.2007

Dios mío... Hay que ver la cantidad de canciones que me recuerdan a años pasados.

Por otra parte, es bonito encontrar canciones que ayuden a describir el momento actual.

Siempre ayuda.

"... but you always find a way
to keep me right here waiting..."

4.11.2007

Hum... Está nublado. Y truena. A ver si cae un chaparrón. Eso siempre alivia tensiones, las que sean. Siempre se agradece, sí... Yo por lo menos.

No sé por qué, últimamente me veo muy vieja en las fotos. Y, por supuesto, sigo viendo mi culo gordo (que lo está). Vamos, que soy negative-girl, as usual. Sin embargo, en el trabajo me tienen clasificada como el mejor culo de la segunda planta (qué gran ¿honor?), parece que caigo bien, me encuentro con unas cuantas opiniones que dicen "eres guapa" y "no eres una abuela".

La otra tarde, al dar clase a mi alumna de quince años, me contaba sus complejos. He de comentar que la chica es bien mona. Y yo me sorprendía de que se viera mal, cuando no lo está.

¿Qué es lo que nos pasa en los ojos para no ser capaces de vernos como nos ven los demás? Y más importante: ¿cómo se arregla esa miopía? Uno viviría más a gusto. Sin tensiones, como después de un buen... chaparrón.

4.08.2007


¡Boa noite!

Durante estos cuatro días de tanto pasear hemos encontrado rincones verdaderamente hermosos. Juzgue cada cual a qué rincones me refiero...







De vuelta. Cuatro días en Portugal. Cuatro días completos, con muchas risas, muchos paseos; descubriendo lugares, comidas; descubriéndonos.

Estoy muy cansada porque el viaje ha sido largo. Pero si para resumir el viaje escojo nuestras últimas frases, el balance-resumen es inmejorable.



"No quiero que te vayas..."