8.31.2006

Creo que es la canción más triste que he escuchado en mucho tiempo. Y aún así, encierra algo, como una esperanza imposible. Tras encontrarla, he necesitado sentirme viva.

HURT

I hurt myself today,
to see if I still feel.
I focus on the pain,
the only thing that's real.
The needle tears a hole,
the old familiar sting.
Try to kill it all away,
but I remember everything.
What have I become?
My sweetest friend.
Everyone I know,
goes away in the end.
And you could have it all,
my empire of dirt.

I will let you down,
I will make you hurt.

I wear this crown of thorns,
upon my liar's chair.
Full of broken thoughts,
I cannot repair.
Beneath the stains of time,
the feelings disappear.
You are someone else.
I am still right here.

What have I become?
My sweetest friend.
Everyone I know,
goes away in the end.
And you could have it all,
my empire of dirt.

I will let you down.
I will make you hurt.

If I could start again,
a million miles away.
I would keep myself.
I would find a way.

8.30.2006

Aún no sé cómo hacer para sacar determinadas sensaciones del pecho. Todas se me anclan ahí, aprietan, aunque alguna demasiado potente presione también la cabeza. Cuando eso pasa lo primero que pienso es en escribir para intentar descargar, y en parte funciona, aunque lo que escriba no signifique nada o no le sirva a nadie más que a mí. Intento comunicarme aunque no se realice. Será por eso de que la esperanza es lo último que se pierde.

A veces deposito toda esa esperanza en la consecución de un gesto: un mensaje por msn, una llamada, una visita inesperada. No dejan de ser otra cosa que regalos, preciosos regalos. Los más bonitos que yo pueda esperar. Y esos pequeños gestos pueden suponer la diferencia entre la angustia y una sonrisa tranquila, un "todo sigue en orden".

En los pequeños gestos está la diferencia, está la calma. Está la esperanza, y a esa la necesito como al aire.

8.27.2006

Cuando pasa una tormenta el aire queda cansado pero respirando alivio, se recupera la calma. Abres los ojos de nuevo a cada instante y lugar hermoso, como si un castigo fuera levantado.

La cabeza tiene esa misma sensación después de llorar un rato largo.

O después de hablar cuando, como y con quien se necesita.
Dormir toda la noche, sin despertar en ningún momento, ausente por completo del mundo exterior e interior, me parece un logro extraño y valioso. Por la tarde la cabeza no puede seguir dándole más vueltas a las cosas, y necesita desconectar, aunque sea un cuarto de hora.
Y por la noche vuelven los ojos de búho atacando la habitación que no ven, demasiado perdidos en historias internas. Quizá con miedo a que siga habiendo pesadillas que, ni dentro ni fuera, es posible controlar.

******************************************************************

Llamar a quien necesitas y no ser capaz de hablar ¿tiene algún sentido?

Por lo menos, a pesar de las distancias, hay voces cuyo sonido es un consuelo.


8.23.2006

Caminaba deprisa sobre tacones y arena, pensando en cosas que no veía desde la carrera ("fusión nuclear, soldaduras invisibles"), como herramientas para fantasías imposibles que quisiera poner en marcha. Al menos eso conducía a ese mundo paralelo que nadie más podía alcanzar ("fusión, dos en uno y todo para mí sin que se note").

Un, dos, un, dos. Pasitos rápidos apretados por la minifalda, aprovechando que aún quedaba oscuridad, a pesar de las horas de amanecida. Un, dos, un, dos ("como me vea alguien..."), y por fin llegada al apartamento. Entró despacio para no despertar a los que dormían en el salón, caminando de puntillas sobre sus tacones hasta la habitación. Una vez dentro, respirar por fin en calma: ropa fuera, vuelta a la normalidad al posar los pies descalzos sobre el suelo. Y al entrar en la cama, un abrazo de piel cálida y una risilla guasona que abrigaron su encuentro.

"Bravo, valiente. Apuesta cumplida".

Más risas en voz baja, ahora se unía la suya. "La próxima va para ti".

A veces dejarse el ridículo en casa merece mucho más que la pena.
Todas mis sonrisas a cambio de un instante dentro de mi burbuja con alguien que me dé ese abrazo,
alguien que me diga "tranquila, todo está bien, no tienes de qué preocuparte..."

Por la noche se piensa raro y mal, ya lo sé.

Pero ahora mismo las daría todas. Todas mis sonrisas por ese momento.

Y que mañana sea otro día.
Seguimos con La Reina del Sur:

"Y me pregunto qué soy ahora, se decía a medida que iba moviendo los labios en silencio. Quihubo, morra. Me pregunto cómo me ven los demás, y ojalá me vean desde bien relejos. ¿Cómo era aquello? Necesidad de un hombre. Órale. Enamorarse. Ya no. Libre, era quizá la palabra, pese a que sonase grandilocuente, excesiva [...]

Se estremeció de nuevo. Sobre las sábanas, a su lado, estaba la foto rota. Daba mucho frío ser libre."


Esa es la sensación: frío.

Y según el momento, aturdimiento, o una calma algo triste.

8.22.2006

"En el fondo, la vida es requetesimple: se divide en gente con la que te ves obligada a hablar mientras tomas una copa, y gente con la que puedes beber durante horas en silencio [...] Gente que sabe, o que intuye lo suficiente para que sobren las palabras, y que están contigo sin estar del todo. Sólo ahí, nomás."

La Reina del Sur, Arturo Pérez Reverte.


Y a mí últimamente me apetece una de esas segundas copas, con o sin silencio de por medio, pero con alguien que esté conmigo, aunque no esté del todo.
"Que, al final, los únicos problemas están en nuestra cabeza y pasamos malos momentos antes de tiempo, ¿¿no??"

Pues sí, Marieta, sí. Al final la mayor parte de los problemas están en nuestra cabeza. Y al menos yo soy lo suficientemente torpe como para valorar las cosas buenas cuando ya no las tengo. Por eso llevo una temporada sin hacer planes a muy largo plazo, intentando disfrutar esas cosas buenas. Y el caso es que he podido apreciarlas en los últimos meses. Han sido días muy agradables.

Sabes que soy miedosa, que busco la estabilidad y la seguridad por todas partes, a pesar de mis extremismos, dudas... Inseguridad en general, por no saber valorar lo que soy en mi justa medida (autoanálisis barato; para eso es mi blog).
El miedo siempre está ahí, como también el no encontrar la certeza, la seguridad total en ninguna cosa. Quizá eso da interés a la vida, quizá por eso todo depende de cada decisión.

Quizá ahí está la belleza de muchas cosas. En esa incertidumbre.

8.20.2006

Miedo
de volver a los infiernos
miedo a que me tengas miedo
a tenerte que olvidar

Miedo...
... de no verte nunca más




Hace apenas una hora quedé desprendida de tu abrazo. Ahora estoy en mi habitación, de nuevo sola, lejos de casa. Escucho una canción y me invade la sensación fría del miedo a perderte. Pánico, y fragilidad de cristales en el corazón.

Necesito que vuelvas a mirarme, que me quites este temblor tonto que se esconde en el pecho. Por el momento, sólo me protege el olor que de ti tengo esta noche, mientras espero con todas mis ganas el momento de volver a verte, de poder perderme de nuevo en la fuerza de ese abrazo.

¿Cuándo te hiciste tan necesario?




Oigo tu voz
siempre antes de dormir
me acuesto junto a tí
y aunque no estás aquí
en esta oscuridad
la claridad eres tu

8.19.2006

Extraña sensación esa de no estar nerviosa al ejercer de "anfitriona". Por una vez, no era tal cosa. Cuatro días con una sola compañía sin estar en ningún instante incómoda, sin que me atacara la necesidad de echar a correr y no mirar atrás. Cuatro días para gruñones bromistas, neuróticos cada uno por su propio orden, y tan a gusto. Cuatro días tranquilos, cercanos; de seguir conociéndose y descubrir que el mar está en calma. Cuatro días de compartir cama y ser capaz de dormir.

Así da gusto irse de vacaciones.

8.09.2006

Una serpiente tatuada se desliza entre las vértebras de su espalda, desde la base hasta el cuello. Apenas se movía, tumbada boca abajo sobre cojines; el día había sido demasiado caluroso y ahora dormitaba tranquilamente, en un silencio roto por el golpeteo del viento contra las telas de la jaima. Quizá demasiado calor, demasiada calma. Mientras, la noche iba rompiendo el dominio del sol con el frío propio del desierto. Todo el campamento estaba en reposo: turistas castigados por un clima hostil; naturaleza de arena que prefería ignorar las visitas.

Rebullía entre sueños. Cuando alguien te observa lo sientes aunque no lo veas, y alguien a su lado sonreía con ternura. Apenas una leve caricia en el hombro bastó para responder a esa sonrisa, con la boca y la mirada. No hubo sorpresa: "bienvenido a mi mundo perdido".

Sólo una tela ligera la cubría desde las caderas a los pies; la serpiente subía y bajaba siguiendo el ritmo de la respiración. Cogió un frasco pequeño y lo entregó a su invitado: aceite con olor a canela. Con calma y sin dejar de mirarla, fue dejando caer el aceite, gota a gota, por su espalda. Ella se incorporó ligeramente y cada gota resbaló trazando su propio camino. Justo antes de mojar la tela se formó un pequeño lago, donde mojó las manos para comenzar el masaje.

La serpiente brillaba, oscurecida por el aceite. Los dedos apretaban, subían y bajaban relajando los músculos, hasta que las manos se apoyaron en sus hombros. Sin soltarla, acercó la boca a su cuello para respirar cerca de la piel y hacer que se erizara. La serpiente respiraba inquieta. Inspiró profundamente y, a medida que soltaba el aire, sus manos y su mejilla se deslizaban por la espalda, disfrutando de su calor suave. Un pequeño beso donde estuvo el lago de aceite como pidiendo permiso para, después, retirar la tela.

Ella, a la espera, con los ojos cerrados. Él, permitiéndose el lujo de observar, dueño del tiempo.

Descendían las manos, resbalando despacio y fuerte. Los labios se quedaron anclados entre sus piernas, besando y lamiendo, sorbiendo, provocando espasmos incontrolados en un momento interminable de excitación suave y amarga.

Fue deslizando el cuerpo sobre sus piernas, sobre su espalda; el peso de un cuerpo cálido, fuerte y en tensión. Las manos resbalando por sus brazos hasta apresar las muñecas por encima de la cabeza: inmóvil. Y de nuevo el tiempo que se para mientras recupera el aliento sobre su cuello. Más calor, más humedad. Una lengua dibujando el contorno de las vértebras en su nuca.

Sus caderas se levantan, impacientes. Sin esperar más, él penetra profundo. Un primer momento de resistencia, un pequeño grito acallado por una mano presionando fuerte sobre la boca, y deslizarse cada vez más rápido entre jadeos y silencio hasta romperse ambos entre sudor, flujo y semen: suspender tu vida apretándote fuerte contra el interior de una mujer.

Después, sólo cabe esperar el día.


*****************************************

Espero que esto compense la afrenta y, con suerte, no leer historias entre pianistas y políticos.

8.08.2006

¿jersey? ¿camiseta? ¿jersey? ¿camiseta? ¿jersey? ¿camiseta azul? ¿camiseta verde? ¿jersey? ¿camiseta? No debo... ¿jersey? ¿camiseta mediana? ¿camiseta azul? ¿camiseta? No me lo merezco... ¿jersey? ¿camiseta? ¿jersey? ¿camiseta verde? ¿camiseta pequeña? ¿camiseta azul? ¿jersey? "Venga, que te regalo yo el jersey" Hum... pero es que no me lo merezco, ¿cómo voy a hacer que se gaste dinero en mí? Me encantaría, me hace mucha ilusión pero... si es que no me lo merezco ¿camiseta? ¿jersey? ¿camiseta? ...

Soy una neurótica un tanto gilipollas.

8.06.2006

Como si demasiado calor castigara una planta que no se riega, a veces la soledad pone mustia a la persona. Pasan los días y te falta, incluso sin darte cuenta, la compañía que requieres por dentro y por fuera. Después llega el encuentro y la pregunta: "¿qué te pasa?" acompañada de un abrazo o de un beso. "No lo sé". Pero justo en ese momento intuyes que ahora ya todo marchará bien. Y poco a poco, pero deprisa, vuelve la risa a tu boca.

(Benditas tres semanas...)

8.02.2006

Si por mí fuera tendría sabor a melaza y anís. Es raro, ni siquiera pienso en si es buena o mala combinación, puede que no guste; pero a mí me volvería loco saber que he acertado el pronóstico.”

Así pensaba antes de anoche. Así se lo dije. Ahora escribo esto por la mañana, muy temprano, ya que no puedo dormir (como de costumbre). Ni siquiera después de haber quedado tan cansado. Y con media sonrisa incrédula la miro sobre mi cama, sin entender cómo pueden cambiar las cosas tan de repente. ¿Azar? ¿Volverá a jugar? Qué más da. Ahora mismo soy feliz. Voy a por un café caliente y me vuelvo a la cama.


**********************************************************************

Sonó el teléfono.

- Ehm… hola Teo.
- ¡Hola! ¿Qué tal, preciosa? Qué sorpr…
- ¿Tienes algo que hacer esta noche?
- Ehr… no… No había pensado ningún plan aún. ¿Por?
- ¿Tienes algún máster en cerveza?
- ¿Cómo? ¡Jajaja! ¿Cómo que un máster en cerveza?
- Sí, un máster en cerveza. Quiero que quedemos y salgamos por ahí a beber cerveza. Pero sólo cerveza buena. Y tiene que ser contigo.
- Vale, no hay problema. ¿Pero estás bien? ¿pasa algo?
- A las diez estoy en tu casa.

Y colgó.


**********************************************************************

A las diez en punto sonaba el telefonillo. Aún a medio vestir, duchado por casualidad (la siesta se había alargado demasiado), corrí a abrir y volví a mi habitación. Al poco rato apareció ella, con sus vaqueros ceñidos y una camisa suelta, sin maquillaje. ¿Para qué complicarse más si así estaba estupenda?

- ¿Nos vamos? - le dije.
- No, he traído suministros - sonrió, señalando a la puerta con un gesto de la cabeza. Allí había tres bolsas repletas de gran variedad de cervezas: rubia, negra, tostada, de frutas…

- ¿Te ves capaz de salir entera después de que acabemos con esto?
- No tenía pensado ir a ningún lado, aunque no acabemos con ninguna.


**********************************************************************

Las bolsas siguen en la puerta, y siguen llenas de botellas, salvo un par que raptamos en medio de las prisas. Lo cierto es que fallé con mis pronósticos: su sabor es suave y amargo. Y también es cierto que nunca bebí de mejor copa: la que ahora duerme abrigada entre sus piernas.

8.01.2006

Escribo un recuerdo que en su momento fue publicado por su dueña. Porque leerlo ha sido como una caricia, como este viento de agosto que entra por mi ventana.

***************************************

Peque

Se lamentaba en estos lugares
tras la madura luz primaveral.
Y porque no vi miedo en sus ojos
hablé claro siempre.

Defendiendo castañuelas para alegrar el gris,
entrando sin llamar
y sin saber que me enseñaba
a seguir naciendo.
Con clavecín y variaciones
-sí, la alegría de seguir naciendo cada día-

Su libertad para utilizar el posesivo ante mi nombre.
La mía que se frena con ciertas palabras.
Todo mi amor ante su dolor
-de sí misma-
Y el sombrero a la altura
del pecho,
con cada texto que escribe.
Y el guante fuerte
en su cara
en duelo conmigo misma, por ella.

Paz me llamó “su ángel de la guarda”
sin saber que fue ella, en un cerrar de ojos,
la que hizo que yo viera.

Sintiéndome yo su elegida
¡ SIN DERECHO!
Agacho el cuerpo para que me unja
con los cantos de mirlo de cabeza blanca,
con maullido de gato quejándose ante la risa
-que, orgullosa, a veces le provoco-

Distancia es mala sangre, no saber.
Reproche ante lo que tanto he oído y no voy a creer.
Distancia es respeto, a pesar de todo
e incertidumbre ante lo imposible.
Nunca es sufrimiento, nunca será dolor.
-no me duele, me cura-

Pero ahora este trecho es de mimos, porque necesita
oírme que:
la vida sin la música (la suya)
sería un error.


************

Para Patri, porque esta noche creo que duermes inquieta.
Simplemente porque SÍ soy impulsiva,
(aunque sé que no te hace mucha gracia esto, tan público).


Estoy bailando bajo tu ventana, con pompones en las manos...
porque tú tienes la fuerza
yo sólo unas palabras y unas tiras de papel rojo.