8.30.2006

Aún no sé cómo hacer para sacar determinadas sensaciones del pecho. Todas se me anclan ahí, aprietan, aunque alguna demasiado potente presione también la cabeza. Cuando eso pasa lo primero que pienso es en escribir para intentar descargar, y en parte funciona, aunque lo que escriba no signifique nada o no le sirva a nadie más que a mí. Intento comunicarme aunque no se realice. Será por eso de que la esperanza es lo último que se pierde.

A veces deposito toda esa esperanza en la consecución de un gesto: un mensaje por msn, una llamada, una visita inesperada. No dejan de ser otra cosa que regalos, preciosos regalos. Los más bonitos que yo pueda esperar. Y esos pequeños gestos pueden suponer la diferencia entre la angustia y una sonrisa tranquila, un "todo sigue en orden".

En los pequeños gestos está la diferencia, está la calma. Está la esperanza, y a esa la necesito como al aire.

1 comentario:

.María. dijo...

Los pequeños detalles. Para mi también son la vida entera en algunosm momentos.
Espero que tengas un buen día y mucho más. Yo hoy he madrugado a duras penas, pero lo ha valido porque hace sol y estoy haciendo un móvil para que la ventana tenga más color y mi niña se ponga contenta cuando llegue de currar.

Un beso, bonita.