4.13.2006

Están saliendo hojas nuevas (horas nuevas) al olmo frente a mi ventana. Se empeña en tapar los jirones de un cielo intensamente azul que se cuelan entre sus ramas. Las golondrinas, de vez en cuando, cotorrean como una vieja y frenética máquina de escribir; los mirlos, en cambio, se pasean tranquilos y callados (ese divertido mirlito de cabeza blanca aún nos acompaña). Caballos y burritos en el prado verde amarillo rosado; un olor de lilas sorprende al aire. Los gatos se tumban dormilones, perezosos, dentro y fuera de la casa. Una sonrisa pequeña se acurruca, mimosa, en los bordes de mi boca.

Es la hora de la siesta.

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