2.10.2007

Dormir la siesta oliendo la sábana en la que ha dormido él esa noche, a mi lado, me tranquiliza y me hace sonreir.

Sentir el contacto de sus piernas, o cómo te abraza, y seguir durmiendo los dos, en calma, es lo increíble hecho realidad.

Leer "futuro" en otras palabras, esas que regala al hablar, es la alegría en toda su pureza.

Me descubro haciendo cosas en pareja de las que estaba convencida que era incapaz de hacer. ¡Y me hace muy, muy, muy feliiiiiiiiiiiiiiz!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que el amor es la droga más dura que existe!!!

.María. dijo...

Yo también me sorprendo... alguna vez hasta se me ha escapao algún pedorro...pffs, soy lo peor. Jajajajajaja
Un besao, enamorá