5.02.2007

Cuando quiero darme cuenta ya estoy otra vez a merced de las olas que otros cuerpos marcan. Me rebelo, vislumbro la conveniencia de la independencia fría, procuro olvidar que el corazón sale aunque no quiera, y seguir caminando.

Pero esas olas son más profundas que altas, más poderosas que rugientes; y ante un pequeño cambio en el viento que me diga que me quiere yo quedo desconcertada.

En el fondo, ¿hay alguien dueño de su vida?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No, el destino es el único dueño de nuestra alma

.María. dijo...

Si me permiten las señoritas madrileñas quiero añadir justamente todo lo contrario:

El destino no está escrito, lo vamos escribiendo, por lo que somos casi enteramente dueñas de nuestra vida (y he dicho "casi").
Si no lo fuéramos esto no tendría ninguna gracia. Y el que no lo sea, en mi opinión, va mal encaminado.

Un besazo, guapísima.

Unknown dijo...

Yo opino lo mismo que María, de escrito nada de nada, depende de cada uno y lo que le rodea, nada más.

Patricia dijo...

¿Y a mí que me apetece juntaros a las tres e invitaros a sangría? xD