3.25.2008

Sin buscarle sentido.

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Estos días han sido intensos. Por no decir los últimos meses, o el último año y pico. Pero especialmente las últimas tres semanas. Demasiados cambios, demasiado esfuerzo por mantener algo en lo que empecé a creer hace algo más de dos años y que ha ido desmoronándose a destiempo, con la fase cambiada entre uno y otro, día tras día. Y aún hoy sigo aquí, tirita en mano, aunque sin saber en qué creer, quizá por inercia, quizá por cabezonería, o porque quizá hay algo dentro más fuerte que yo que tira de mí hacia algún sitio que no conozco.

Y pasa una hora tras otra. Y yo sigo igual de desorientada que siempre. Reprimo mi impulso de huir hacia donde sea cambiándolo por un control que pueda salvarme. He perdido los refugios de la rutina: ahora me encuentro desnuda ante la realidad, ante lo emocionante, sea esto bueno o malo.

Llegar al extremo de tu propia verdad, cuando lo que tira de ti es aquello que sientes, sin dejar al cerebro baza alguna para mandar, hace que seas sincero, que te deje de importar el mundo por una vez y sólo veas, en tu impulso de supervivencia, aquello que necesitas, lo que es cierto.

Últimamente encuentro la calma ante la idea de soledad e independencia. Y da miedo.

Dentro existe el enfrentamiento entre lo que viene desde tiempo atrás y lo que podría ser; conlleva una sensación de pereza que oscila peligrosamente en un borde indefinido. Me dejo llevar por uno de los “¿y sí...?” que aún cree en el futuro. Hoy tiene más fuerza la necesidad de alegría nueva (a pesar de la contención de la que hago gala estúpidamente), aun sabiendo que toda alegría conlleva futuras desilusiones, tropiezos y vueltas a levantarse. Éste es el pensamiento final que me hace volver al principio, a un nuevo intento por recuperar la fe en el pasado. A ser, una vez más, una pescadilla que se muerde la cola.


Habrá a quien le parezca algo triste.

Habrá a quien le parezca que no sé arrojar la toalla.

Habrá a quien le dé igual.

Habrá quien crea que es amor.


Hoy tengo perdidos los dedos, lejos de la música, e incluso lejos de las palabras. Espero un milagro de quien pueda estar cerca, suficientemente cerca de mí. Y no quiero pensar que soy yo la única que puede salvarme: quiero renegar de mi propia autosuficiencia, cegarme y depositar en los demás una fe que no tengo.

Quiero que determinadas personas que me importan lean esto que escribo para que sepan cómo me siento hoy. No mañana, ni ayer. Hoy. Hoy. Hoy. Hoy. Ahora. Porque ayer ya pasó, y mañana no existe. Hoy necesito sentirme libre, poseyendo la fantasía de que en cada momento podré hacer lo que me venga en gana, aunque sólo termine quedando en quimera.

Pero para eso hace falta valor.

Y asumir que a los demás también les duelen las cosas.

Que no puedo protegerlos en todo momento, a toda costa. A costa de lo que soy.

Porque si pierdo lo que soy, me habré perdido en sus vidas. No tendré sentido en ellas. Seré una vagabunda, una intrusa. No seré lo que fui en ellas.


No sé qué sentido tiene escribir esto. Posiblemente sea lo más sincero que hay en mí, o sea una estupidez, una falta de protocolo: reconocer que he perdido mi norte; que estoy enfadada conmigo y con el mundo; que no sé coger manos tendidas (a veces ni siquiera permito que las tiendan); que aunque muy dentro sigo creyendo en historias felices de miradas encantadas, por fuera la costra se ha levantado y escuece, y por eso me duele que me toquen.


Me releo y sigo sin encontrarle el sentido.

Es un poco claustrofóbico.

Lo más probable es que estas líneas queden en pura fantasía.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Puede que todo quede en fantasía, pero el sólo hecho de dejarlo por escrito ya lo acerca a la realidad.

.María. dijo...

La vida en sí es una pescadilla... aunque no huela tan mal.
Te releo y lo entiendo todo, bastante.
No sé qué decirte... Pero hacia delante, Patri, siempre hacia delante. Sin forzar demasiado.


Y ni es triste, ni importa lo que nos parezca, ni creo que sea sólo amor. Será la vida en general y tu extraño y maravilloso -y muy rico- mundo particular.

Un besete !! (¡¡¡quiero ver los fiammmmbresssss, buahhhhhhh!!!)

.María. dijo...

Los fiambres de la exposición Bodies, claro.

Unknown dijo...

Te leo un poco tarde, ya no es "hoy", pero decirte que me identifico con muchas de las cosas que expresas, sólo que yo no sé hacerlo por escrito, simplemente la cago con la gente que está cerca mío. Supongo que pasará, aunque para ello tenga que cambiar uno, y eso es difícil, al menos para mí.

Un besote fuerte, y a ver si nos vemos pronto.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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