4.10.2008

Es extraño, y difícil, aguantar las presiones del propio corazón. A veces el "¡pum-pum!" es doloroso, aunque lata del mismo modo que siempre. Casi podrías ahogarte, como si cada embate empujara hacia fuera el aire que intentas respirar.

A veces va lento, como si le costara.

A veces demasiado deprisa. Demasiado.

Tragar saliva, asomarse a una ventana a robar frío, refugiarse en un abrazo...

Hacer lo que sea que permita a tus pasos dar sonido a tus latidos.

1 comentario:

.María. dijo...

Con el ritmo que tu tienes.
Un besito !!