10.11.2009

Vuelve el 27 de abril por la tarde. Vuelve el fin de la vida como única forma de paliar el dolor. Vuelve el zombi, la marioneta. La mirada vacía para no ver el momento.

No quería asumir lo que vuelve a pasar, en medio de tanta incertidumbre. Nunca volví a tu lado, pero no dejé de esperarte. Y la esperanza termina matando a quien se refugia en ella para no avanzar en la vida, mientras tú marchas por otro camino- Y sólo era el miedo lo que, a ratos, te hacía estar a mi lado, para después volver a irte. Fui estúpida, y me creí valiente, suficientemente fuerte como para tirar de los dos, cuando aún seguía teniendo cojo el corazón.

Nunca volví a tu lado, porque en el fondo sabía que no estabas, que volvería a una soledad resonante. Hace mucho tiempo que te fuiste, antes incluso del 27 de abril; no sé cuánto tiempo atrás.

Hoy, una vez que se rompe de nuevo el amago de vuelo que fingía, no sé si me quisiste como yo a ti te he querido. Ya no sé nada, es como si un terremoto hubiera destrozado en silencio las bases en que me apoyaba para abrazarte. Y nunca fue suficiente. Nunca fui suficiente para ti.

No hay comentarios: