6.07.2010

Un mensaje que llega al móvil, a horas intempestivas, diciendo "te echo de menos".

Aparecer de repente en el umbral de mi puerta, por sorpresa, sólo por querer dar un abrazo profundo, fuerte y prolongado.

Una visita rápida al trabajo, para dar un beso y una sonrisa.

Dar un paseo, recoger una flor y que sea el regalo más impresionante del mundo.


La espontaneidad nacida del amor. La cercanía.

Para mí es necesario.

Es vida.


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