8.02.2006

Si por mí fuera tendría sabor a melaza y anís. Es raro, ni siquiera pienso en si es buena o mala combinación, puede que no guste; pero a mí me volvería loco saber que he acertado el pronóstico.”

Así pensaba antes de anoche. Así se lo dije. Ahora escribo esto por la mañana, muy temprano, ya que no puedo dormir (como de costumbre). Ni siquiera después de haber quedado tan cansado. Y con media sonrisa incrédula la miro sobre mi cama, sin entender cómo pueden cambiar las cosas tan de repente. ¿Azar? ¿Volverá a jugar? Qué más da. Ahora mismo soy feliz. Voy a por un café caliente y me vuelvo a la cama.


**********************************************************************

Sonó el teléfono.

- Ehm… hola Teo.
- ¡Hola! ¿Qué tal, preciosa? Qué sorpr…
- ¿Tienes algo que hacer esta noche?
- Ehr… no… No había pensado ningún plan aún. ¿Por?
- ¿Tienes algún máster en cerveza?
- ¿Cómo? ¡Jajaja! ¿Cómo que un máster en cerveza?
- Sí, un máster en cerveza. Quiero que quedemos y salgamos por ahí a beber cerveza. Pero sólo cerveza buena. Y tiene que ser contigo.
- Vale, no hay problema. ¿Pero estás bien? ¿pasa algo?
- A las diez estoy en tu casa.

Y colgó.


**********************************************************************

A las diez en punto sonaba el telefonillo. Aún a medio vestir, duchado por casualidad (la siesta se había alargado demasiado), corrí a abrir y volví a mi habitación. Al poco rato apareció ella, con sus vaqueros ceñidos y una camisa suelta, sin maquillaje. ¿Para qué complicarse más si así estaba estupenda?

- ¿Nos vamos? - le dije.
- No, he traído suministros - sonrió, señalando a la puerta con un gesto de la cabeza. Allí había tres bolsas repletas de gran variedad de cervezas: rubia, negra, tostada, de frutas…

- ¿Te ves capaz de salir entera después de que acabemos con esto?
- No tenía pensado ir a ningún lado, aunque no acabemos con ninguna.


**********************************************************************

Las bolsas siguen en la puerta, y siguen llenas de botellas, salvo un par que raptamos en medio de las prisas. Lo cierto es que fallé con mis pronósticos: su sabor es suave y amargo. Y también es cierto que nunca bebí de mejor copa: la que ahora duerme abrigada entre sus piernas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I have been looking for sites like this for a long time. Thank you! » »