2.16.2007

Mucho sueño, muchas vueltas a la cabeza, vuelta a los lexatines (hoy el último; mañana cura de sueño), mucha pelea conmigo misma, entre ¿estar agradecida? y mi inconformismo laboral (eso de ser un borrego más me cabrea; no me vale lo de "mal de muchos, consuelo de tontos).

Valoro lo que tengo. Mucho. Tengo pánico a perder lo que me importa, que en estos momentos es mucho, como ya digo. Pero tampoco quiero acobardarme y conformarme con determinadas cosas. Supongo que es cuestión de tiempo, de paciencia, de centrar mi cabeza en lo que me importa y no apalancarme.

A veces pienso que la gente que sólo tiene una opción, siendo esta opción no-mala, tiene suerte. Tener la cabeza dividida en posibles caminos, siendo todos inciertos y ninguno APASIONANTE, es agotador. Y frustrante.

A lo mejor es verdad que tengo la cabeza llena de pájaros. O quizá debiera irme a vivir a un pueblo a cultivar un huerto, tener gallinas, poder seguir con aficiones, tener tiempo para estudiar. Y tiempo para estar / querer a mi gente. Porque ganas no me faltan.

1 comentario:

.María. dijo...

Yo tengo mis planes: currar para ahorrar todo lo que se pueda y en un futuro (que aún queda mucho futuro por delante) invertir en ese huerto y esas vacas y gallinas. Ya te aviso y te vienes de vecina cuando eso.
Cada día detesto más la ciudad, el mundo y lo que nos ofrece. ¡Vivan las lechugas,los cerdos y el trabajo desde casa!

Un beso Patri, muy fuerte. Ánimo, y no te angusties.