2.18.2007

No a la negación. No a pensar. Entrar en una rutina "salvadora".

Anoche me vi como un saco vacío. No entraré en detalles. Escuché en voz alta un análisis que yo llevo tiempo haciéndome; fue como confirmar eso: que soy un saco vacío.

Salí de casa. Llegué al lado de mi medio-todo. Consiguió que llorase sin contenerme. Él no me ve como un saco vacío.

Y aunque yo aún no entienda por qué quiere estar a mi lado, qué es eso mío que dice que le hace feliz, sé que quiero que siga a mi lado, que esté conmigo toda la vida, a ser posible. Porque esa decisión que tomé en su momento y que me llevó a quererle a él fue el mayor acierto en 28 años.

Hoy tengo la cabeza muy cansada. Pero dentro de lo perdida que estoy, hay algo que está claro: quiero que él me quiera, quiero hacerle feliz. Y para eso tengo que cambiar.

Tiempo. Rutina. "Abrigarse". No a la negación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos cambiamos un poco, nos pulimos, cuando estamos con otra persona, y eso en el fondo es bueno porque nos lleva a evolucionar.

.María. dijo...

Pero no cambies demasiado, recuerda que él te quiere a tí, no a otra diferente.

Un besazo inmenso, Patri bonita.