3.08.2007

Veo que se frota los ojos, muerto de cansancio. Apoyado el codo en la mesa, apoyada la cabeza en la mano. Después, se queda quieto, en silencio, como si fuese autista. No me gusta que tenga esa mirada perdida. No me gusta que esté triste.

Aunque el sueño gana cada vez más terreno, aunque tiene que madrugar mañana más que ayer, ella espera. Espera delante de una pantalla, uno de esos monitores grandotes que acumula polvo por efecto de la electricidad estática sobre el que duerme un pequeño gatito. Ella espera a que él aparezca conectado y le abra ventana en el chat. Ella espera, espera sólo por ver dibujado en píxeles un beso de buenas noches.

Los dos ponen las manos sobre el teclado. Los dos abren ventana a la vez.

Los dos miran el cristal ausentes del tiempo que les rodea.

Los dos envían un beso. Un "hasta mañana".

La coincidencia es una sorpresa agradable. Sonríen, a solas, cada uno en su cuarto.

Pero al menos ahora saben que, a pesar de tantas cosas, se tienen el uno al otro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que bonito tener algo así... te sigo desde hace bastante tiempo (tu otro bolg) y creo que te lo mereces

Patricia dijo...

Mil gracias Isa :)