8.16.2007

Primera hoja de otoño:

De vez en cuando me invade una sensación brutal de alegría, de ganas de salir corriendo kilómetros y kilómetros sólo para abrazarte, aunque apenas sepa quién eres. Quizá sólo porque lo necesite. Quizá sea yo misma la que invente esta preciosa sensación y, del mismo modo, te invente a ti.


Pero qué bien poder hacerlo. Es una forma de salvarse: inventando mi propio y pequeño dios.

No hay comentarios: