8.28.2007


Una mano la sujeta con cuidado, para que no se caiga y se manche, de tan blanca como es. Casi irreal, luminosa, grande. Es necesario velarla para que no haga enloquecer a quien mira. Hipnótica. Pero ella queda ahí, ausente, ajena a tanta hermosura...

Como la luna de agosto.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias P. Me alegro y espero que a ti tambien te vaya todo bien. Besos.