6.25.2014

"Te echo de menos, le digo al aire..."


Letra tras letra, voy extirpando como puedo lo que siento. A veces malo, a veces no. Torpe o acertado. Pocas veces imaginario: siempre hay alguna razón que me lleva a pulsar las teclas o mirar un papel en blanco, aunque luego el dibujo sea extraño.

Estas últimas semanas han venido como un bofetón tras otro, inesperados todos. Creía haber encontrado en la apnea un reto físico y mental, y debo suspenderlo. Creía haber visto en el trabajo una posible vía interesante, pero se ha truncado. Y lo más importante: creía haber encontrado a alguien en quien confiar, a quien conocer y a quien querer, con sus cosas "buenas" y "malas". Alguien a quien por fin le dejaba verme, que yo pensaba que me veía. Pero se ha desvanecido.

No lo entiendo.

La sensación es como si algo por dentro te pinchara, pero envuelto en papel; de tal forma que sólo sientes el golpeteo continuo de esa amenaza, una y otra vez, incansable, manteniendo la herida, pero nunca tan grande como para dejarte sin respirar. A veces, sólo a veces, se cae el papel. Y el corte es tan intenso que tienes que encogerte, apretarte el estómago y sacar el dolor una lágrima detrás de otra, mientras procuras recordar cómo coger aire.

Es duro querer a alguien. Que te insinúe que te quiere. Y que desaparezca.

Supongo que prácticamente todos hemos pasado por ello, pero cada vez que pasa duele como si fuera la primera vez.

A veces, me rodea un dulce aroma a coco. Cierro los ojos, respiro hondo, te percibo en mi boca; pienso que quizá algún día te des cuenta, que ese día no sea tarde.

Y de repente noto algo por dentro, clavado entre papel.


1 comentario:

A dijo...

Es muy bonito, aun tienes esperanzas :)
Siempre serás una luchadora