6.18.2007

Shh..

es muy pronto aún..

ya.. tú duerme..

mmm..?

shh.. duerme..

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Da igual que abra los ojos. Cada mañana, a la misma hora, siempre está oscuro. A mi lado noto la cama fría y lo asumo como algo irremediable. Supone, sencilamente, no querer despertar.

Anoche decidí acostarme y seguir así para siempre. Estúpido eufemismo, ¿verdad? Me malacostumbré a suavizar la realidad: para no hacer daño, para evitar peleas, y al final el daño me lo hice a mí mismo. En fin, dormir y dormir.

***

Calor en mi espalda. Respiración en la mejilla. Intento abrir los ojos, pero no puedo. No quiero. Una mano suave templa mi piel con su contacto. Se apoya en mi hombro y empieza a susurrar lento, muy quedo:

"Shh... Aún no amanece, no te levantes. Queda poco para el día, nuevo, brillante, y debes llegar a él fluyendo despacio. Toda esta calma, aquí, ahora, en nuestra cama, es el futuro que viene. Hoy mismo. Quizá estés soñando..."

Nunca me había sentido tan relajado. Creo que
hasta era feliz.

"... o quizá no. No abras aún los ojos. Sólo prométeme que vendrás a buscarme..."

Sentí un beso en la mejilla y caí en un sueño profundo.

***

Sonó el reloj. Eran las doce. Al trabajo llegaba tarde, claro. Pero me dio igual. Por una vez en la vida olvidé esas "responsabilidades" tan jodidamente importantes. Me senté en la cama y miré a mi lado. Estaba vacía. Sonreí y, mientras acariciaba la sábana, pensé "por poco tiempo..."


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