7.05.2007

Improvisando: lo primero que llega a mi mente, a mis dedos...

---------------------------------------------------------------------------------------------------

Los abrazos quedan confiscados por un viento de verano pálido, seco, con arrugas, que evita con todas sus fuerzas que los cuerpos se unan, abrigándose del frío por estar a solas. El viento oye los rumores de deseos que nosotros desconocemos, incluso cuando somos quienes los emitimos. El viento agita desazones, impurezas en las manos para devastar un mundo de caricias ligeras, dulces como gotas de alegría que mojan pensamientos lejanos, caricias que debían regalarse antes y después de cada viaje al centro de otro mundo, caricias que no están donde debieran, que se han perdido sin siquiera partir.


El viento se esconde, frío, en las mañanas de estación, entre los trenes con retraso, en cada retazo de sueño que ondula tras la gente. "Aún es demasiado temprano", piensas. Pero cada momento puede ser tarde, si contamos que el pasado ya pasó, y que ahora no haces lo que, quizá, pudiste hacer ayer. El viento está ahí, enfriando corazones y memoria, adormeciendo voluntades de cambio que puedan truncar vidas rutinarias y amargadas. Es un viento traicionero, no es el viento que me dabas.

Ahora el viento sopla del sudeste. Es caprichoso y ligero, como arena de dunas. Se filtra entre sábanas para cubrir de amor el mundo, amable y contento. Sabe que ese es el camino y nos permite seguirlo. El viento del sudeste baila entre el asfalto, entre miradas ausentes que sabe volverán a ver en algún momento. El viento del sudeste espera, paciente, sin pararse a cavilar sobre opciones o deseos. Es un viento sabio, joven y viejo, maduro como un niño, ingenuo como adulto. Cada vez que respiro, agotada, él me recoge y me consuela, me abriga. Lo necesito, y lo sabe.


1 comentario:

.María. dijo...

PARENTESIS:

A lo tonto, esta brisilla -ahora norteña- es a ti a quien necesita también.

No sólo me supo a poco sino que esta semana me ha dado por pensar que no me supo a casi nada (por cierto, estás guapísima).
Voy a volver a Madrid, quizá en septiembre (aunque no te confirmo fecha) sólo para que me saques de paseo y nos queramos un poquito tomando unas copas con amigos, visitando los árboles de la Thyssen o volviendo al antiguo Egipto de tu manita(que nadie malpiense, coño!!) sin tanta pantalla.
Que me quedan muchas estrellas por contar y muchas notas por escuchar.

Tu nene es moníiiisimo de la muerte, por cierto. Dile que soy de fiar, anda (aunque sea mentirijilla)

Un beso, pero más mejor.
tq