7.20.2009


"De la noche surgía una cascada de sueños..."


Y de los sueños amanece el calor del verano, surge la sorpresa que una vez creímos perdida para siempre ante tanta lucha por desamor, desidia, desengaño.

De los sueños emerge una esperanza tan,tan pequeña que da miedo abrir los ojos, aunque uno se sepa despierto. Revive la creencia del reencuentro por encima de la dimensión del tiempo. Se acerca ligera la alegría de una posible calma, y casi tiembla el deseo de una caricia en la punta de los dedos, como si incluso en la distancia del sueño estuviera prohibido amar.

De los sueños surge la libertad de decirlo todo sin decir nada. De no tener que explicar lo que no hace falta que sea explicado.

De los sueños surge el ansia de vivir.

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