7.22.2009


Te quiero ver. Te quiero oler. Y todo lo que salga de esos límites carece de sentido. He pasado de ser nada a ser un animal, a volver a los orígenes. Y la necesidad de oler, lamer, morder, besar, palpar se impone de tal manera que casi me cuesta tragarla.

Se me secan los labios y se me olvida seguir respirando.

El primer impulso.

El primer impulso me haría correr, o pisar el acelerador hasta tu puerta. Plantarme frente a ti y decir todo lo que me gustaría hacerte o que me hicieras. Y aún así estaría siendo prudente, te estaría dando una oportunidad para el rechazo.



(Nota aclaratoria: no es mi culo, no.)

2 comentarios:

Hugo dijo...

Genial la nota aclaratoria, que sino esto se te llena de adorables pervertidos.

Rafael dijo...

No, si la nota aclaratoria es realmente genial, pero yo me he llevado una pequeña desilusión, jajajaja. Es broma.

Y el texto..., muy visceral y sensual a la vez.

Enhorabuena, Patri.

Un saludo.